El pensamiento positivo es la base del servicio.

El pensamiento positivo es la base del servicio.

Fragmento tomado de la obra:

CRECIENDO EN EL SERVICIO
AUTOR: J. ARTURO LONDOÑO

Pensar bien de los demás es un importante principio de grandeza, es una expresión de una extraordinaria capacidad para iniciarse en el Servicio como estilo de vida.

Cuando nos damos a la tarea de pensar en los demás, por obvia condición estamos pensando nosotros en la manera en que se mencionó desde el principio, somos los demás de los demás, y por lo tanto, pensamos de forma concluyente, incluso, en nosotros mismos, y si pensamos en positivo, partiendo de presumir siempre la buena voluntad del otro, estaremos estimándonos dentro de un grupo que por condición de su actitud positiva, revienta las estructuras de la mediocridad y de la justificación, para otorgarle un valor real a lo existente, a lo que se piensa, a lo que se posee y a lo que se hace todo el tiempo.

El pensamiento positivo es entonces una expresión de la actitud interior de cada uno de nosotros ante nosotros mismos y ante los demás, siendo tan importante lo primero como lo segundo; de hecho, no se puede ingresar en el terreno de la apreciación positiva del entorno sin dejar a un lado esa actitud desconfiada y hasta desafiante de quien sólo piensa en sí mismo sin darle el espacio que los demás ocupan en su mundo, sin darle la oportunidad a los demás de demostrar su pensamiento y su intensión.

Ante este mundo tan extenso de las posibilidades de interacción con los demás y con el entorno mismo, la tendencia a sobreponer el peso de las fantasías al de lo real está marcada por una línea de muy bajo calibre, una pequeña distancia que, de ser necesario, deberá ser claramente delimitada en la praxis cotidiana, de lo contrario, las actitudes y pensamientos navegarán entre lo cierto y lo incierto, entre lo verdadero y la ilusión que embriaga pero que no produce frutos diferentes al desgaste emocional y a la pérdida del tiempo.

Existe entonces, y debe ser claramente marcada una profunda diferencia entre la actitud del pensamiento positivo y la fantasía, el comportamiento iluso no es ni será en ningún momento sinónimo de pensamiento positivo, porque la gente positiva es esencialmente realista y fundamenta tanto sus acciones, como sus ideas y sus argumentos en propuestas de tipo puramente práctico.

El iluso vuela con las ideas, pero no posee la valiosa capacidad de hacer realidad lo que tiene en su mente, el iluso es habitualmente un personaje de esos que a todo le quiere aportar, que siempre tiene algo que agregar cuando se trata de observar propuestas o hechos concretos, siempre cree que puede mejorar todo lo que ve; pero su gran falencia radica en la mínima o muchas veces nula voluntad para proceder, le encanta dar órdenes, es un experto en hacer que los demás ejecuten, tiene mentalmente previsto un oficio para todos, pero no lleva a término sus pensamientos, de hecho, en algunas ocasiones, cuando intenta ponerse manos a la obra, todos los procesos se quedan en la mitad del camino, porque siempre habrá una justificación para ello y eso está bien lejos de pensar y de actuar de manera positiva, por el contrario, tiende a generar un ambiente de mediocridad que se acerca bastante a lo negativo desde la sensación de vacío que deja en los demás y desde su actitud típicamente crítica o criticona.

Ahora bien, es importante hacer claridad en el hecho mismo que la naturaleza humana es esencialmente activa, realista y ejecutante, y aunque existe una especial tendencia a disfrutar de las fantasías, a fantasear, algo plenamente entendible cuando en ellas se conciben metas y propósitos; los humanos somos activos y nos realizamos ante la observancia de nuestros sueños realizados, nunca por haber soñado, sino precisamente por haber tenido la osadía de convertirlos en realidad.

La naturaleza humana es entonces básicamente positiva y dentro de ese espíritu de su dinámica positiva realiza sus más enaltecedores propósitos en la utilidad que preste a los demás, al entorno mismo; sus acciones, sus pensamientos hechos realidad, eso en su fundamento, es un principio de Servicio, un principio que dictamina y canaliza pensamientos y acciones en torno al esa vocación de grupo, de sociedad, una vocación de beneficio, de Servicio.

Todo lo anterior nos conduce a pensar que la naturaleza humana es positiva, servicial, y que por lo tanto la vocación de servir está inserta en nuestra propia naturaleza; el Servicio es de tal manera, una consecuencia del pensamiento y del actuar positivo, porque para servir es necesario tener pensamiento positivo, para servir efectiva y conscientemente, para disfrutar de ser efectivos, para realizarse sirviendo.

Cuando se piensa en servicio, se piensa de forma automática en positivo, de hecho se actúa en positivo, por esto logramos deducir que lo uno va de la mano con lo otro, que lo uno, el Servicio, es fundamentalmente positivo y que lo otro, el pensamiento positivo, es inherente al Servicio como tal.

Para servir, es necesario entonces pensar en positivo, ver el mundo desde una óptica positiva; cuando la vida se ve, así sea sólo momentáneamente, bajo el filtro de lo negativo, que es de alguna forma normal porque se está pasando cualquier tipo de evento, de situación o de crisis personal, lógica y entendible entre los seres humanos, de tal modo que nos obliga a pensar en ese instante más en nosotros mismos, en nuestras angustias y deseos, en nuestras necesidades y para encontrar soluciones; nuestra capacidad de servir, especialmente de servir conscientemente, se verá bastante reducida puesto que las energías disponibles y los pensamientos posen ahora una prioridad, y aunque el deseo, a la manera de una sana disciplina nos mantiene vigentes en el propósito, el resultado siempre es mejor cuando más tenemos paz en nuestro corazón.

Ahora, si mantenemos una visión negativa del mundo, el Servicio no será, por lógica, parte de nuestro proyecto de vida, porque el negativo es igualmente egoísta, centra el mundo en sus intereses y deseos, por lo tanto, para éste servir será una actividad incómoda o incluso en muchos casos hipócrita, porque su accionar invariablemente estará conducido hacia el logro de algún beneficio personal.

Para servir efectivamente, será indispensable entonces mantener el pensamiento positivo.

El Servicio, como un estilo de vida, como un concepto mediante el cual se elaboren los argumentos para actuar y decidir, es una propuesta eminentemente positiva; el Servicio como tal, es una visión positiva de la vida.

Es por todo lo que en este paso hemos analizado que se hace necesario asimilar la correlación entre el pensamiento positivo y la intensión de asumir un estilo de vida del Servicio; es este tercer paso, después del propósito de proyecto y obviamente de proyectarse con sentido social, la fase donde iniciamos un claro razonamiento y una sentida aplicación consciente de lo que serán nuestro conjunto de actitudes para servir en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestra empresa, a nuestros clientes, a nuestros vecinos y a todo el que cruce su camino con el nuestro en el recorrido de la vida, porque si bien somos responsables de servir con la plena intención de hacerlo, somos verdaderamente felices, nos realizamos y lo haremos de la manera más efectiva cuando asumamos la capacidad de ver, de sentir y de pensar positivamente para servir a todos.

 

De la obra: Creciendo en el servicio. J. Arturo londoño
Fragmento.